CARTA DE CARLOS
30 DE AGOSTO DEL 2003
Quien afirme que en Occidente hay democracia
porque existen unas agrupaciones llamadas partidos políticos, no hace más
que reconocer que unas personas les representan en el Parlamento, sin que
sepan los electores ni qué es lo que piensan, ni su trayectoria profesional,
política y humana, ni si el programa que defienden es el que ellos realmente
propugnan. Lo que es singularmente veraz es que, excepto aquellos agrupados en
la izquierda radical, el resto siempre colaborará a que la patronal y
los bancos, las multinacionales y las grandes fortunas, nunca resulten
afectados por las medidas laborales y/o económicas que se puedan tomar.
La palabra "democracia" en boca de
fascistas disfrazados de seres humanos (Bush, Blair, Berlusconi, Aznar, etc.),
suena tan patética como el término sexo en boca de un tetrapléjico. Es hora
de reconsiderar qué es y como se debe articular la participación ciudadana
en las tareas de gobierno. La experiencia cubana (lee el archivo adjunto) es
lo más enriquecedor, desde el punto de vista participativo, que yo he
conocido en mi vida. Si Izquierda Unida quiere encabezar la rebelión democrática,
debería salir del Parlamento y romper el consenso del 78 que trajo esta plaga
tardofranquista, una vez pactada la espantosa transición que consistió,
primordialmente, en renunciar a la justicia para los verdaderos demócratas
que perdieron la vida o muchos años de cárcel en las prisiones de la
dictadura, renunciar a los juicios contra las militares asesinos y
torturadores como Videla y Pinochet y renunciar a las depuraciones de
la policía y el ejército. Hoy, en el año 2003, ni los partidos
representan a los ciudadanos, ni los sindicatos a los trabajadores,
sencillamente les han robado el voto.